René Barbier
Daban dos vinos para probar, el tinto roble y el kraliner seco.
El tinto roble tiene aromas de frutas rojas (cereza y ciruela madura) en un fondo especiado (vainilla). Es suave y sedoso. El postgusto es de intensidad media, apareciendo en el retronasal aromas afrutados y de regaliz negro.
Para maridaje es mejor para carnes blancas, pasta y verduras y quesos semicurados.
Servir a 16-18ºC
El Kraliner seco tiene un color amarillo pálido alimonado con elegantes tonos verdosos. El aroma es de buena intensidad, destaca la manzana y el plátano con un ligero fondo de cítricos.
En boca es fresco y sabroso, con una ligera acidez y elegante equilibrio. Su sabor recuerda a manzanas verdes.
Para maridaje es ideal en aperitivos, mariscos y pescados y para pasta. Servir a 7-9ºC.
El tinto roble tiene aromas de frutas rojas (cereza y ciruela madura) en un fondo especiado (vainilla). Es suave y sedoso. El postgusto es de intensidad media, apareciendo en el retronasal aromas afrutados y de regaliz negro.
Para maridaje es mejor para carnes blancas, pasta y verduras y quesos semicurados.
Servir a 16-18ºC
El Kraliner seco tiene un color amarillo pálido alimonado con elegantes tonos verdosos. El aroma es de buena intensidad, destaca la manzana y el plátano con un ligero fondo de cítricos.
En boca es fresco y sabroso, con una ligera acidez y elegante equilibrio. Su sabor recuerda a manzanas verdes.
Para maridaje es ideal en aperitivos, mariscos y pescados y para pasta. Servir a 7-9ºC.
En casa nos gusta de vez en cuando disfrutar de una botella de vino cuando estamos todos juntos. Hemos probado las dos botellas y nos han encantado.
El tinto lo probamos con un rustido de pollo y el kraliner (blanco) con una paella de marisco.
¡¡Los dos buenísimos!!
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